Para las personas afectadas de fibromialgia resulta doloroso, incluso, el abrazo más necesitado. El dolor generalizado y continuo hace que no lo puedan disfrutar. Su estado aumenta el malestar emocional (ansiedad o frustración) añadido a la discapacidad funcional (interferencia con las actividades diarias y menos participación social).
El acompañamiento durante todo el proceso resulta fundamental para tratar la enfermedad, ayudando a entender más sobre su afectación y a cómo manejar los síntomas. Se realizarán sesiones de acompañamiento grupales pero contemplando en algunos casos si necesitan atención individual.
Las personas que asumen la responsabilidad de una vida diaria compartida con un compañero tan invisible como el dolor crónico se encuentran cambiando su vida a nivel físico, mental, y de relaciones emocionales.
Es necesario crear hábitos de contención y redes de apoyo, que sustenten y creen lazos para poder sobrellevar esta enfermedad desde un lugar más amable y humano.