Nuestra enfermedad provoca alteraciones emocionales con síntomas de tipo ansioso y estado de ánimo decaído. Tenemos cambios importantes (irritabilidad, mal humor y la tendencia a aislarse) que, a veces, suelen ser graves.
También sufrimos los ingresos hospitalarios, tratamientos, pruebas y el cambio de la imagen corporal, sin olvidar las preocupaciones de nuestro futuro, ya que es muy inestable porque no podemos tener una vida cotidiana por el cansancio y la fatiga continua. Nos sentimos confusos, desorientados y con mucho miedo. Se crea un círculo vicioso donde la depresión afecta a la enfermedad.
Este proyecto de atención psicológica permitirá que los pacientes entiendan mejor la enfermedad y afronten su día a día. El profesional guía, ayuda y acompaña en este trance que es un duelo al no saber qué es lo que nos depara.
Nuestro objetivo es hacer talleres grupales e individuales para que no nos sintamos "bichos raros" y podamos ser uno más con nuestra enfermedad inflamatoria intestinal.