A lo largo de uno e incluso dos años, tras el diagnóstico de una patología oncológica infantil, los niños y niñas diagnosticados acuden frecuentemente al hospital para ser sometidos a pruebas, tratamientos, etc. Durante ese periodo de tiempo, la mayor parte de ellos y ellas, no podrán llevar a cabo muchas de las actividades cotidianas de su edad, como ir al colegio. El hospital se convertirá en su espacio más frecuentado, por lo que creemos necesario, adaptar dicho entorno a las características y necesidades específicas de la infancia.
Con este programa pretendemos utilizar el juego como un medio de expresión de emociones y de resolución de conflictos, una forma de canalizar el miedo, la ansiedad y el estrés, favoreciendo así la actitud del menor frente a los tratamientos recibidos.