El entrenamiento durante el proceso oncológico es crucial para mejorar la calidad de vida y mitigar los efectos secundarios del tratamiento. Además de reducir la fatiga y mejorar el estado de ánimo, preserva la movilidad, estimula el sistema inmunológico y controla el peso.
Algunas de las actividades que se realizan son:
•Entrenamientos de fuerza (contrarresta la pérdida de masa muscular, alivia la fatiga, promueve la salud ósea y el control del peso)
•Entrenamientos de la condición metabólica (mejora la tolerancia al tratamiento oncológico y gestiona la fatiga, favoreciendo la adaptación al estrés físico asociado al cáncer).
•Yoga (reduce el estrés, mejora la flexibilidad y movilidad, fortalece los músculos, promueve la conexión mente-cuerpo, alivia síntomas físicos y emocionales y fomenta la autoestima).
•Pilates (ayuda en la restauración de cualquiera de las disfunciones músculo-articulares que pueden darse durante la enfermedad o en la recuperación).