La fisioterapia está destinada a mejorar la estabilidad, conservar la movilidad, paliar las consecuencias de la rigidez y evitar la rápida progresión de la enfermedad, así como mejorar e incrementar la calidad de vida y evaluar, prevenir y tratar las diferentes complicaciones respiratorias que los usuarios pudieran presentar.
Mediante la fisioterapia, las personas afectadas trabajan el movimiento articular, la postura, la función motora y movilidad, la marcha, el modelo respiratorio, el equilibrio y la independencia funcional en las actividades diarias. Esto les da seguridad y les permite mantener su autonomía y una vida activa.